Tu imagen

Dos de la mañana y el sueño corría descalzo por el suelo frío de enero. En el ambiente no dominaba el aterido piso que se topaba con el verano y formaban espesas nubes de vapor odioso. Sudado y con sueños revoltosos no dormía. La cama era una mortal trampa de hastíos revueltos en una salsa de candentes aterciopelados sudores y olores vagabundos y nauseabundos . El sueño se pasea. No quiere reposar al cabeza en la almohada ni subirse a la cama. Caprichosa costumbre y deambula incansablemente. Un momento en la cabeza habla de tu imagen. Eso y demasiada presión hace que el sueño recorra la habitación con los pies helados y las manos sudadas. Tu imagen plana, pero real. Tu imagen corregida y al natural. Eso y el sueño general, teniente o vigilante que ondea banderas para no volver. Cuando cerré los ojos ya era muy tarde y no recuerdo -maldita seas- ni al sueño en burlas ni al calor agobiante ni tu imagen. Tampoco lo que te estaba diciendo. No lo recordaré fácilmente y solo así volve...