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Mostrando las entradas de mayo, 2007

Más palabras, más nada...

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Suave, Transparente, Recorre mi cuerpo la lluvia. Lluvia amarga que no invita a más que pensar. Suave, Fría, Recorre la vida sobre mi penar. Y la muerte, payasa, se burla de mí. Suave, Cálida, Apática tu piel no me roza. Extensa pradera de tus pies, tus caderas y tu boca de fresa. Suave, Lento, Muero y espero no más que tus besos de resurrección. Quizá será el día, de los días sumados al cuadrado de las distancias pasadas, en el cual he recorrido hasta llegar a solo una conclusión. Pensando más de lo temido. Socavándome en esta apatía. Recurro a mis notas de libreta. Veo que hay mucho y no encuentro nada. Me veo y nada. En fin, fui yo el culpable. Por escribir. Por amar Por proscribirte de mí. Por engañarte y mentirte más de lo que quisiste. Pero hay mucho más y eso me molesta. El decir con palabras grandes y sangrantes de puntas y lanzas, el que todas mis andanzas han sido tocadas por el dedo del perdón. Eso duele más de lo previsto. Eso duele, aunque solo sea por escrito. Y llego a l

Varios, nuevamente y eternamente

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Quisiera darte mis manos o meterlas de golpe en tu pecho y enterrarlas hasta tu corazón. Acariciarlo, Acunarlo y contenerlo para evitarte tanto dolor. Estoy, estaré. Y si lo pienso bien, te presto mi corazón (Como intercambio) para que no sufras lo que hoy estas sufriendo y ser yo, como buen amigo, el que haga de diplomático entre esa nada y tu amor. Para Flo (Mi segunda mano izquierda, si las hay) Que ha pasado por la mierda que la vida nos hace pasar cuando nos arrebata lo más querido… Manchones oscuros lavados y reciclados para poder ensuciar. Loca incoherencia. Heredada por mis urgencias Descubro rápido, casi fugaz, enamorado de mí. Ahogo mis llantos en lágrimas de charcos que reflejan mi ser. No soy yo, son ellas. Las lágrimas. Salieron y hoy no están. Si las tienes, no me las devuelvas, te las prestepara que puedas llorar. Manchas me persiguen. Huyo. Rápido, por la vereda sin mirar hacia atrás. Hace poco perdí el mirar hacia atrás. Mis problemas todos, no son nada. El problema má

Sin sentidos

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El hambre, el hombre y quien lo provoca (II) Tierra Viento Arena Mar Río Y me hundo suavemente en cada lugar que llego. ¡Perdón, exagero! No me hundo Solo me entierro. Si colocas una flor en mi tumba, te habrás equivocado. Yo, no muero. Ni muerto estoy. Sin recordar, desde hace tiempo me duele la cabeza como si fuera una resaca reciente de alcohol, y no sentir más que el eco de mis pensamientos. Solo intuyo. Al tanteo por la vida del hoy. A mis manos las miro cada vez con más miedo. Más que miedo. Nunca las había observado como se sangran entre sí para lograr encontrar el marco de la puerta, la puerta, la salida, la escalera, la llave, el primer escalón, el cantero de la vereda, la vereda, la calle y mis oídos entrelazan el conjunto de sensaciones para percibir el entorno. Miro, vuelvo, miro nuevamente y pienso. Ya no veo. No me veo. No estaré, seguramente, y pienso. ¿Pero dónde estaré? Me repito. Es constante este dolor. Es más que sangrar las manos buscando el dolor. Mi cabeza sangra

Sin título alguno, más que...

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El hambre, el hombre y quien lo provoca. Al costado del camino mis pasos, los únicos. Los míos. El frío intenso. mis dientes partidos por tanto golpear y delatar cuan desnudo estoy. Sin más que pedir, he de partir al mismo olvido… Ya no bailes desesperada, sobre la cornisa tan enamorada, oculta, desinteresada, apática y tan marmota que se idiotiza el sol, las nubes y el entorno masticado del sistema. La gente pasa, ignorándote. Es justo. Así lo pienso cada vez que yo te encuentro en esta miserable vida, ciudad, estado (químico o físico, da igual) y te insulto a más no poder contra esa pared que defiende tu nombre y te idolatra. No me quieras, yo te quise y casi, así, te encuentro y me enamoro. Pero en vano hoy te imploro no verte más a mi lado y sigues arrastrándote fielmente a tus pensamientos de pura diversión sexual y jadeos intensos de sudor ardiendo en la cama, mi nicho o en la misma madera. Mírame hoy Yo te miraré mañana a la cara. Para luego decirnos solo palabras. Sabré que pod

Semana, menos dos días

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Noche de tango. Calma. Y Malena o la morocha o cualquier pelandruna. Cuanto dolor. Cuantas cosas que me pasan. Y, sin más que lágrimas en mi bolsillo, rezo por esos días que de corrido pasaban por la vidriera para verme en venta, casi escondido. Hoy soy nada. Esta noche, nada. Hoy, valgo menos que mis horas de humos frente a la almohada que me quiere consolar. Tal vez, barranca abajo encontraré esa escalera que me facilite subir. Esa pequeña luz, que me indique cual será ese camino. Como si el cansancio de todos los días se juntaran en mis hombros, intento escapar. Pero atrapado, muero acorralado. No hay rincón, macho, para llorar. Los he usurpado a todos y aún no los he abandonado. En cada paso, lágrimas me ahogan. Mi casa, hoy, es un río de penas al viento y mi vela, mi barco y mi gloria de capitán huyeron antes de naufragar. Quien diría. Egocentrismo envuelto en celofán. Hizo ruido para nada. Nuevamente en mi ventana, cerrada por el frío otoñal, deja de palpitar mi corazón ausente.

Juegos de niños

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Tal vez tus ojos. O tus manos que no conozco No te conozco. Tal vez tus aromas. La piel, el cuello o tus labios que no conozco No te conozco. Tal vez tus palabras O tus puntos o tus comas. No te conozco, por eso solo tal vez. Realizando espejos en el agua, charcos y lluvias. En marcando cuadros de mañanas de nieblas, de sol o de luna. Capturando las horas del reloj todas, me faltan o me sobran algunas o todas. Pensando que hoy no será, uno ya se acostumbra a extrañar antes de pensar que ya no estás. Recapitulándote la vida, como intentar caminar hacia atrás por la calle más concurrida. Reorganizándome, siempre, hoy o mañana empezaré. Buscándome excusas para no creer, dejo de creer en las excusas y ya no te creo nada, no creo en nada por no creer. Leyéndome, cuando yo no leo lo que pongo sobre el papel y te leo, porque lo quiero escribir en tu piel. Buscándote, tan oportuno, como buscándome a mí, tan espantado, una vez me encontré. Caminándome la vida, hoy estaré. Donde quieras que vaya

Gritos al oído sordo

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1 de mayo Y no escribo. Y van ganando. Ellos unidos, Nosotros armados (De la ignorancia, de los atrasos, de las conciencias y la pobreza) Ya nadie escribe. Ya todos callan. Ellos, los pocos, todos conformes. Nosotros nada. (Desperdigados, secuestrados, esclavizados, burocratizados y desempleados) Se escuchan bombas. Se cargan balas. Ellos disparan Nosotros, todos, salimos muertos. (Podemos generar las mejores cacerías del país, del mundo, pero siempre seremos las presas de estas fiestas) Se cuentan historias. Se cambian las formas. Ellos nos mienten. Nosotros, todos, no nos importa (Que nos mientan, que nos maten, que nos digan como nos quieren gobernar y que nos cambien las formas de luchar) Hoy, parto hacia la página de mis recuerdos. Embotellado, atrás, ya casi añejo, veo las luchas todas de los obreros. Ellos murieron buscando algo. Nosotros morimos por cuidar el arrebato de la dignidad. Obreros todos, por miles. Obreros libres, con porvenir. Obreros sordos, hoy casi serviles. Pe