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Mostrando las entradas de septiembre, 2008

Hoja en Blanco

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Intenté reír Pero la risa falsa que la sociedad espera es de esperanza y no de alegría Intenté sentirte y entre mis brazos tu cuerpo se pega a mi cuerpo y tu sexo se une con el mío. Intenté amarte siempre Y hasta ahora, lo logré, lograré lograrte logrando amarte sin sentido verbal ni tiempo. Poéticamente hablando dejé la hoja en blanco así como la comencé. Hoy, la maqué de palabras y entre las tantas dejé de escribir. Ingrato corazón, mueres por ella, mueres por mí solo te falta decir que el ego alimenta tus tiempos todos en celo. En blanco Pálida apariencia de mis erráticas cometas que vuelan y vuelan y vuelan Sin más, Deseo desear siempre En blanco Escribo y tengo pánico de no saber que hacer ante la hoja Lloro por ti Por mí y por todas aquellas cosas locas Y vuelo Y vuelo Como polvo en el suelo En blanco Mi oscuridad eleva plegarias a la nada Llora Cual niño Y llora Y llora Ahora, nunca, ahora siempre llora En blanco Por ella se enamora Espero algún día decirte realmente que lo lame

Si esto o lo otro

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Podré recorrer caminos buscando lugares comunes. Tan burdos y distantes pero podré buscarte siempre en mí, a ti. Tan interna, tan tierna y tan enajenada Si quisiera caminar, con solo pensar que caminando te encontraré esperándome, caminaría toda la noche como zombi por la vida. Si pudiera morir hoy mismo, moriría cuando vos me lo pidas y te daría la razón sin dudar de tus órdenes. Si alguien me dijera que vivo enamorado le arrancaría el corazón de un solo golpe en el pecho y le preguntaría: ¿se siente más o menos mal amar con la locura de los locos amantes, sufriendo constante y padeciendo la agobiante forma de morir sin mirar con qué han arrancado de mi pecho el corazón? Si me miras, te miro y no bajaría mis ojos a tus pechos como siempre, pues tus ojos hacen el amor aún mucho más salvaje que tu propio cuerpo. Si alguien quiere sexo, solo por tener sexo, te compararía eternamente y ganarías, pero deberás créeme que lo haría por poseer esa enfermedad de buscar la verdad entre las piern
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Intenté explicarte que amar es amar sin razón Y, con razón, intentas quebrar mis noches y dejarme agotado para no hablar. Compartes el humo que nos une Y, como fantasma, desapareces de tu cama en cada pitada que das. No me esperes Comienza ya tu danza y déjame mirar a tu lado, dispuesto a bailar, llenándome de amor, de humo y alcohol. Recorrió la noche con la mirada al río. La ciudad se duerme lentamente y solo los gatos son amantes vivos de los tejados. Hoy, como algunas noches, la luna no aparece y eso no desespera, solo inquieta no tenerla a su lado contemplando el panorama trágico de la oscuridad toda. Asume que a su bebida le falta hielo. Sin importar el sorbo, lo toma mirando a la nada del vaciado vaso. Un whisky más, en espera. Uno más y la mirada clavada a una boya que alumbra a los navegantes que huyen de las luces del puerto. “Un piso antes del séptimo cielo abrió el ascensor” dice en voz baja. Intenta tararear, pero nada. Su mente se fija al horizonte mezclado, ya no hay i

1/3 de lo que viviré

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Se puede morir, por morir pero no se muere por amor. Ni por dolor. Ni se nace para sufrir. Ni se crece sufriendo. Solo uno hace lo que quiere y en consecuencia tiene lo que merece. Salvo los niños, ellos solo viven de lo que les damos y mueren cuando se los quitamos. Nací un 4 de septiembre de 1975, jueves de lluvia, a las 15:40, en la ciudad de Campana. Horas más tarde me regresaron a lo que hoy es la ciudad en la que vivo, Zárate. Mi madre, creadora de este engendro sin igual, de origen español y tehuelche, se vino de la provincia de Entre Ríos y mi padre, trabajador incansable en los molinos de vientos que intentaba destruir Don Quijote, de origen franco-italiano también tenía la misma procedencia. Conviví con un hermano dos años menor, músico desde que recuerdo sus primeros acordes a los cinco años y sus alaridos por expresar la música autóctona, hasta que llegó de lejos mi primo y nos convertimos en tres adorables hermanos varones. A los 3 años, como un vago recuerdo, viene a mi m