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Mostrando las entradas de julio, 2016

Historias de guerras inventadas - Capitulo dos - Medios y Miedos

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Historias de guerras inventadas - Cap. uno - Los ganadores

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Copa de Sosias -  Aquiles venda la herida de Patroclo Hay versiones maravillosas de como el mundo de ayer llegó a ser el mundo de hoy, diferente, sobre el mismo mundo. Cada pueblo de antaño tenía su universo, su forma de ver la realidad. Medirla, seguirla y contarla. Algo extraño, que debería ser normal, es que coinciden en su mayoría, a grandes rasgos, en lo mismo cuentos del como y sus participante no son más que deidades humanas, celosamente humanas, inimaginablemente humanas y sabias. Los en esas visiones, para los ganadores la historia les reserva cantos, alabanzas y deseos. Son los grandes que se ganaron la fortaleza de mantenerse erguidos como dioses ante las miradas de su rebaño. Los griegos, cuyo manojo de poderes recaía sobre los señores del Olimpo, que aventuraban sus andanzas mundanas, generando guerras, movilizando sentimientos e hijos que tenían en misiones de vidas. Manejaban hombres, semidioses adorados y valientes, malos o buenos. Sucumbieron entre sus de

Historias de guerras inventadas - Cap. uno - La felicidad

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Libia, alguna ciudad allá por el año 2016 En Libia murió Gadaffi. Hay miles que festejaron la muerte en vivo desde los medios periodísticos del mundo libre. Era felicidad ajena. Hasta que vinieron por las Aldeas, luego por los niños y luego por el pueblo entero. Seguía siendo felicidad ajena. ¿Felicidad? Nunca consistió en un momento dado, justo, preciso. Es la suma de todos esos momentos cedidos, justificados, merecidos. Es breve. Es un instante infinito de un estallido químico intenso. Ingresa primero por la nariz, desde lejos, es detectable como el fracaso o la tristeza. Es un percutor segundos antes del estallido que complementa y hace reacción el sentido de seguir vivos, el estarlo, el sentirlo. Se compadeció y retrocedió dos paso, miró a los costados, no lo mató. No era el momento de ejecutar a nadie más. Se llevaron a las mujeres. Se fueron. Dejaron la aldea vacía de ruidos. Hay humo. Humo negro. Hay muertos. Era el fin del m

Historias de guerras inventadas - Cap. uno - La ansiedad

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Guerra civil española - Robert Capa Fue automática la explosión. Fue un desgaro de furia, ira interna de tiempos de mierda. Seis muertos los primeros, calor y mucho miedo. De cagarse. Miedo del que te orinas y ni sentís el olor, no sentís más que frío por la pierna. Agua bajando mientras lagrimeas el aroma a muerte que hay a su paso. Un chillido, sórdido personaje macabro que sostiene tu cabeza mientras golpea fuerte varias veces. El mismísimo diablo en persona quema la nariz. Es azufre fulminando químicamente tus gustos. Nada sabe así, nada huele así. Es inmediato. Entre la explosión, la luz, el ruido y el golpe de aire hay tiempos evolutivos importantes. Tus manos adquieren la velocidad de llegar a cubrir el rostros, sea plenamente o parcial, esperando que el ojo frene el tiempo y el oído la realidad absoluta. Caer en bolita, a pesar del impacto, sin esperar, piel que se desgarra suelta de ropa con la vibración expansiva. Duele con la primera caída, la cabeza late,