Sobre vientos
Gastándome el viento sobre mi rostro marcado veo mi pasado y no me invito a repetir el bocado que de la mano me das. Las gaviotas no recitan, las gaviotas no leyeron, las gaviotas, solo eso, vuelan para volar. Como Juan Salvador, buscándose en su interior. Así, mirándome al viento me veo volar. Aires. Nuevos, lejanos. Posesiva obsesión. Objeto de observación que plantea diferentes encrucijadas. Adelanto, paso a paso, mis trastos por esta autopista de miseria. No me quejo, no ahora. Pero, soñándome despierto logro entender que este tiempo pasó sin penas ni glorias. Lejos atrás está el umbral de mis días junto al desafío de los que vendrían. Así, uno a uno, acumulándose en humos. Hoy, arriándome las velas, encuentro las tormentas. Nuevamente. Elegir, camino, tormenta y decidir. El mar, aún, es cálida señal que lejos no estoy. Que puerto tengo, pero es atrás. Mirando el horizonte. La brújula apuntándome al norte. Mis entrañas, erosionándome. Las ideas socavándome, pero solo eso y nada más...