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Mostrando las entradas de mayo, 2014

Lujuria Bibliotemática

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En breves palabras, casi como la lluvia moja lentamente el cuerpo, nos vimos leyendo desnudos sobre tu cama una tarde cualquiera. Traías puesta tu vida entera excitada de las manos que sobrepasaban las palabras y que nuevamente te obligaban a posar en jadeos deletreados y amontonar el pasado para exclamar un grito liberador que satisface tanto al lector como al escritor. Se cierra el libro, se deja unos días alejados de la rutina diaria y las lecturas obligadas y, sin querer, el vino estaba derramado sobre el pecho izquierdo que se puso tenso y duro, los pelos en manos ajenas, y el llamado fálico buscando dónde reposar. Agitando tu cuerpo en golpes húmedos calientes y pegados sobre un cuerpo extraño y conocido. Explorar y explotar cada recurso lingüístico conocido y verte bajo vientres querer escribir y reescribir historias pueblerinas, trazos de saliva en tu espalda y que los ojos reconozcan cuantas personas más están invitadas, cuantos más salen del libro y cuantos otros ocultan

De viajes

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Juego que canto un rato, que obedezco, que pienso y no. Juego que puedo, que estoy y que te pierdo tantas veces y que no. En mi cabeza jugué a tenerte. Y no. Pude, lo quise. Y no. Es tarde, ya no sé si querés que yo esté entre tus piernas queriendo dormitar el pasado.. Siempre que sale la luna digo tu nombre para que esa malvada brujería corte las venas de mis heridas y en sangre nos libere. Tampoco se como llegué a vos, como llegué a tus manos y como las mías nunca te tocaron. Extraño tu voz electrónica de cajón. Extraño tus letras. Seguro hallaré un lunar en tu espalda, prometo tocar todo tu cuerpo, pero no prometo llorar entre tanta piel y tus estrellas. A tu salud, beberé solo. Ya ni recuerdo el sabor de tu mesa. Algunas veces el mejor regalo es la voz, otras, vos.   Darío desde La Oscuridad a Diario.

Complementos

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Solía frecuentar tu boca con besos suaves, lentos y disfrutar la estadía cotidiana de la aventura por tu respiración pausada y tu suave aroma que se mezclaba con el aire de ciudad y las ganas de estar desnudos en una cama. Dar vueltas por tus comisuras y mezclar las lenguas mientras hablábamos con dedos y manos y cuerpos contorsionados en una mezcla de circo. Tener las ganas de verse a cualquier hora en cualquier condición atemporal y salir cuando todos los tiempos fracasaron para los demás. Ser generadores de electricidad de cada hormona que sucumbe el hambre y alimentarlas en el vaivén de los cuerpos posados y poseídos del sudor, que salía sin desmerecer el frío invierno, el húmedo otoño, la triste primavera y el verano incandescente que nos iluminaba los rostros desde esa ventana al vacío hastío del nunca jamás. Jugar a niños malcriados. Esconderse. Buscar rincones de la casa y ensayar el amor. Sobre la alfombra de tu piso horrendo de materiales interminables y verte

A primera vista

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!Hola!... Y hacerme el sorprendido que no vi que venía. No, mejor que ella salude. No, saludo yo, para que vea que la vi venir. Si, pero puede creer la vengo siguiendo, que soy un fisgón del rubro pajero y que mi cara de sorprendido es irreal. Mejor espero que ella me salude y se acerque, no vaya a ser que no quiere ni verme ni acercarse y la estoy apurando y piense alguna mierda de mí y no quiera nunca más hablarme. Bueno, hago cara de esperando algo. Sí. Espero, miro a varios lugares y ops! La saludo con una sonrisa. Una leve sonrisa, nada más. No una carcajada porque puede pensar que me estoy riendo de ella y si viene con un día difícil voy a terminar siendo un idiota. No quiero eso. No quiero que piense mal de mí. Pero ¿Por qué pensaría mal de mí? Si me conoce de años y sabe muy bien que siempre estuve enamorado de ella. ¿Por qué? ¿Qué le pudieron contar que yo no sé? Imagino a sus amigas hablar de mí, la flaquita esa que la otra vez pasó y se hizo la tarada, como que no m