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Mostrando las entradas de noviembre, 2011

Danza

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Y si no llueven los besos. Y si la piel se quema de tanto en tanto humear Y si tus labios me abrazan lentamente corriendo solo de arriba hacia abajo. Boca deseosa, humeante, buscando querer más, acariciando. Dedos, todos, manos tiemblan, cruzan y se desean. Abrazan, de apoco, los dedos y en una danza constante, sin desprender el néctar atrevido. Dama roja, corrompida, babea su estado y sus labios piden besos, lenguas y gemidos. Ingresa, lentamente, mientras el cuerpo tiembla molesto tanto, tan, como calor intenso desde el vientre, piel, y boca. Secando los lagrimales. Humeando los genitales al son de los amantes su única música. Me dio ganas de bailar, lo escribí hace rato , hoy no quise escribir. Darío desde La Oscuridad a Diario .

Marea

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Pleamar Me desperté sin razón alguna. Salté, diría, de mí más que sentir el peso de la noche. Húmeda y pesada, calor y resaca. Doblemente encerrado, cansado y sin perspectiva alguna para entender en dónde estaba. Cómo había llegado a este lugar, de paredes sucias y verdes en moho, algunas plantas trepadoras, raíces que salían del suelo de piedra y se colgaban intentando atravesar las paredes, muriendo en algunos casos, sobre el suelo. Hojas otoñales en pleno verano. Despavoridas, muertas por el calor, hediondas por la humedad, tierra serán en breve. Estoa de marea Me levanté como pude. Me levanté con las manos sucias. Con barro, con hojas, con agua. La ropa igual, tendida en el piso, harapos ahora, y descalzo, con la misma suciedad. Me levanté así como estaba sin entender nada y caminé. Callado, pensando, buscando si realmente estaba entre esas paredes. Pasillos por mi frente, pasillos a los costados que se abrían en más pasillos. Durante unos minutos el corredor eran

La foto

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No se trata de ejercer un derecho o una obligación al respecto. Se trata simplemente de otorgarle al otro un lugar, algo, un momento. La muerte es eso, un lugar, un momento eterno hasta que la mente del que te recuerda te trae, te revive y, en el tiempo te mata, te olvida, te desaparece. _ Yo quería recordarte- Le dice a la foto. La besa lentamente y se abraza a una copa. Ella lloró poco, pero lloró más cuando se acordó- Yo quería abrazarte y decir que algo más me pasaba y no era solamente un momento en aquella cama esa noche eterna, suave, caliente, húmeda e inentendible. _ Yo también. No soy una foto solamente, sabes que no soy esa foto que nos hace jóvenes. Esa noche yo lloré al principio porque te perdía para siempre. ¿Te acordás que te dije te amo? _ Sí, me acuerdo- Mientras se limpia la cara que corría en lágrimas y maquillaje- Vos no dijiste lo que yo tenía que escuchar, dijiste otra cosa –Lloró con el vaso en su boca, que brilló nuevamente, él la miró, la reco