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Mostrando las entradas de abril, 2009

Caso tal

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Regálame la idea y después dispárame con tu mirada. Mátame de amor. Moriré fulminado. Y, por ti, seré cadáver. Me preocupa la locura. La idiotez, las flojuras y tu cabeza llena de ideas absurdas. Me preocupan los días. La falta de conciencia, las noches de soledad y la falta de tiempo a tu apego. Y las ideas que flotan cruzando las paredes de mis momentos, saltando muros gigantes de poseídas histerias y buscando burlarme de lo que dije, digo y hago, trazando mares íntegros de placer pagano, oficiando locas transparencias de idioteces realizadas. No dejo de mí hacer lo que soy y digo que quiero ser. Dicotomía. Y la voz que llama, tranza y pide piedad a los internos ocupantes de mis parlantes amigos imaginarios e insolentes que solo transmiten las causalidades locas, transparentes y animadas de mis días alejados de insoportable dolencia musical. Inexistentes. Déjame morir a tus pies. Déjame. Déjame salir y ver que el aire puro ya no existe. Déjame. Déja

Conexiones

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Miles de cuerpo unidos. Los diferentes estilos y tus manos. Las mías por montones Y tu cuerpo caliente. Lo encontré hoy, pendiente de amor. Encontré el mío. Y los amé a los dos. Buscar, constantemente, buscar. La obsesión, el disparo de advertencia, el peligro de azote y tus marcas, tus piernas y tus labios en mi cuerpo. Lanza mi corazón agitado, bombeando aún sangre, y destrúyelo contra la pared del mismo olvido. Construye los caminos en que debo pasar, desármalos después, para que no pueda volver, y mírame como me pierdo más de una vez entre tus ojos. Tu cuerpo, pálido, en esas noches de dolor por las drogas me gusta. Tanto así como el dolor. Tanto así como tu cuerpo. Tanto así como las drogas. Bésame con aliento a vino, luego persígueme. Bésame de noche, de madrugada y a la tarde, despertándome nuevamente. Sólo hazlo. Lo necesito. Lo pido a gritos. Lo siente mi piel. Mis dedos todos desean las húmedas cavidades, sin aliento, y mi extrañada cordura perdura más de la cuenta viéndote r