Ojos vacíos

Reventar en las buenas y en las malas. Con aire o sin aire. Reventar de un soplido como los globos que no soportan el aliento de perro que los infla. Tener la mirada enardecida de un ser sin alma y concentrarse en más violencia que orina las mentes de los que domina. Dos, tres o cuatro pastillas, un poco de alcohol y el mundo te choca y vos, estúpido, no querés el mundo ni a tus hermanos ni a tu vida. Los golpes ya no son del oficial y tu cara se desangra al grito de más golpes es mejor, más y mejores golpes. Y tu cabeza, sin estallar, no recuerda al otro día las puntadas en la mierda que usa cerebro por dentro y pelo por fuera ni las putas de tus palabras ni los puños que te pegaron ni las patadas que te dieron ni a quien le pegaste y gritaste con los ojos sin alma, con la boca espumosa y el mismo aliento de perro que explota globos como cabezas. No sos. Ni te haces. Tu violencia es consecuencia y sos violento, no un enfermo. Ojalá revientes como los globos con el aliento a per...