Quiero
Intenté navegar. Aborté. Pisé una, dos o tres veces el agua. No, no hoy. No ayer. Quise ver cómo se mueren los tiempos. Quise morir. Quise al tiempo todo sobre mi cuerpo. Mi cadáver ocaso y sombrío de mis colores otoñales. Pero el sol me soporta. El sol se posó sobre mi rostro y por la ventana me llamaba. Ingrato. Solitario beso de luz. Incontable apariencia de bestia que sucumbe la noche, la espanta y la viola. Solía decir que nada me alejaría de lo que quiero. Pronto lo terminaba de decir y corría a favor del viento, me alejaba, y nunca más escuchaba aquellas sabias palabras. Hoy, después de años de no saber qué es lo que quiero, quiero. Quiero esto y aquello. Te quiero hoy y mañana. Te quiero viva o muerta. Te quiero lisa y llanamente. Te quiero tierra y sol. Quiero más y mejor. Solía correr descalzo en todo el verano largo y agobiante. No quería crecer más. Dedicarme a mis guerras con esos soldados de plástico que morían y vivían eternamente en mis cuentos verbales de sus historias...