Recorte


Vuela, vuela, mariposa
Vuela para no mentir
Escapa de mí y mis manos
te vas arrepentir


En una tarde sin suerte, esperando la nada ambulante que me lleve a tus brazos, se posó en mí. Levantando la mirada la vi. Se acercó asechando y yo, como viejo león de caza, la esperé. De un beso, la despedí y me fui. Los siento mariposa mentirosa, ya no correrás tras de mí.
Afortunadamente pienso en ella dos o tres veces al año. Una vez pensé durante más de cuatro minutos y me dolía mucho la cabeza. Ya no quiero eso. No me gusta tomar pequeñas dosis de ingratas compañías y mentirme. Saqué de mi bolsillo una tijera y me corté el pensamiento. Lo tiré al viento y voló. Creo que si miraba por la ventana de la nada ambulante vería que ese vago recuerdo viajaba detrás de tu bicicleta rabiosa. No, me dije. No más. Las bicicletas rabiosas me hacen transpirar.
Negado, emprendí el viaje de una transmutada tarde que quería ser de noche. La metamorfosis perfecta que hacen las mariposas antes de ser voladoras expertas. Pero, como león viejo, caigo en el amable consejo y dejo los asientos libre para que otras personas caigan colgadas en sus ideas. Allá ellos que no tienen fantasmas ni mariposas que aparezcan de la nada y se vayan como si nada.
Al bajar de la nada ambulante, el recorrido sórdido de mis tacos presentían que la imagen humeante conocida como un yo total se agotaba. Intenté por esas cosas revisar si tenía algo para poder ser yo y nada. Ya no soy yo. Apliqué técnicas de endeudamientos aprendidos durante los cortos años de este gran país llamado deseo y logré el objetivo de tener mis humos al mejor postor. Sale caro se uno. Apliqué una caída a tus pies y de pronto me encontré a tus brazos, deseándote.Nunca más supe algo de la mariposa en bicicleta, ni del recorte de mi memoria que voló, ni de la nada ambulante que me llevó. Quien sabe, seguramente volaré más algo, como lo suelen hacer los viejos leones, y buscaré algún lugar en donde estés para poder olvidarte nuevamente. Al fin y al cabo, uno vive los momentos todos como grandes momentos de nada.



Me compré un reloj que marca mis tiempos que quedan.
Tengo miedo
Lo veo muy rápido caer.
Lo veo muy rápido marcar.
Seguramente estarás cantando y yo, aquí, esperando.


Darío, desde el recuerdo cortado.

Comentarios

Louve de France dijo…
Hace tiempo decidí recortarme en cachitos y cada cachito lo guardaba para alguien. Solo que en mi proceso parecía ser el insecto y los demás la Greta de Kafka.
Hasta que un día corté de tajo y borré todo lo que me insipiraba
Vuelvo a publicar "la crònica del romance póstumo" por que "Recorte" me recordó a ella.

http://nadineletters.blogspot.com/2008_05_01_archive.html
(es el único archivo de mayo)
Anónimo dijo…
Hey las palabras siempre dicen más, dicen tanto y parecido.


leo leo bien, ahora si.


Sol
Louve de France dijo…
me ha encantado el comment con el vínculo dirigido al par de guapos.

He empezado a leer el 2007 y por ahora solo digo que definitivo, eres más claro que obscuro.

Un beso.
B. Rimbaud dijo…
Ya extrañaba tus escritos!. Debo de Decir que al principio me dio un aire a sabina, pero degustar tus metáforas es un gusto...

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