Días de amarguras, en calles iguales.

Podrán sacar los huesos y cremarlo. Podrán vejar mi carne y enterrarla donde nadie sepa. Podrán pensar que soy y después de muerto, eso ya no cuenta. Soy, era y seré lo que siempre queda, nada hoy para mí. Pierdo, siempre, y en contactos, con mi propia nada, siento que pierdo más no estando a tu lado. Triste, recorro las esquinas vacías de mi cama y recuerdo las tuyas llenas hoy de nada. Veo, más lejos que de costumbre, que ciegamente me enojé de mí. Me castigué por no verte y me castigué por quererte más de lo que ambos imaginábamos. Pagaré la cuenta de ese café que nos unirá para hablar de babeos y jadeos. Pagaré si no apareces rápido por mi teléfono. Pagaré por ser como soy, siempre y cuando pague mis deudas anteriores que dejan profundas quiebras todas parecidas. Ignoraré que días atrás, drogado y ebrio, sonreía a la pared que calidamente me decía, vete a dormir pues hace dos días que no duermes y la cara te vende que aún estás pagando tu testaruda ambición. Me olvide de mi revoluc...