Canten mejor que yo - A ustedes



No es el Che el que me emociona en altiva consonancia contra el imperialismo, su enemigo mi enemigo.
No es su hablar dialéctico y sus palabras precisas al atacar al opresor mundial en su casa, el mundo mi mundo.
No es el Che un libertador, él no lo quería así, porque pensaba que el Pueblo, consciente, era el libertador. Él no creía en los héroes, porque los héroes mueren y solo sirven para eso, morir.
No, no lo extraño. Se extraña.
No, no me pone mal saber que no está y que su trabajo cotidiano, en definitiva, se fue con él. Lo fueron.
No podría ponerme triste por lo que pasó. Porque, en definitiva, el pasado es eso, un libro escrito imposible de cambiar. Pero para releer.

Pero, mi corazón se acelera al escucharlos a ustedes preguntar por él. O por cualquiera.
Pero, pese a tantas derrotas, aún esta viva esa llama interna que se fogueaba desde sus discursos. El discurso.
Pero, aún con altibajos, creo que la igualdad, la libertad y nuestros derechos son y serán irrenunciables y que daremos batalla siempre. Porque algo dejó escrito, publicado, filmado y realizado que ustedes al hablar evocan y refrescan.
No, no siento que nos falta un Che, un Ernesto, un Guevara. No, no puedo pedir uno de esos ejemplos de lucha. Sería ningunear lo que hasta ahora tenemos.
No puedo porque creo que está en ustedes la misión de cambiar este mundo asesino de niños, jóvenes y ancianos a su manera, a su forma y semejanza.
Está en ustedes cambiarlo porque es el peor de los mundos el que están viviendo.
Es porque cada vez que ustedes preguntan algo, hay en sus preguntas un Che.
Me daría lástima y tristeza certera si no preguntasen.
Se me terminaría el mundo si el futuro, que no existe, estuviese escrito.
Por eso y mucho más, creo en ustedes.
Como cuando el Che estaba vivo y América y el mundo creía en él.





Johana, una alumna, me realizó unas preguntas.
Y mi cabeza estalló.
Recordé Atahualpa Yupanqui
y canté:
Preguntitas sobre dios.


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