Muerte simbólica
El
cuerpo aún se movía.
En
segundos hubo silencio.
Ni
murmullo ni tos
ni
el aire movía hojas ni los pájaros silbaron ni las fábricas
chillaron ni la tierra tembló.
Fue
el momento anárquico perfecto que tiene la muerte con la clase.
El
día del fin del día.
El
fin.
Una
vida.
Dos
vidas.
Tres
vidas.
Cuatro
vidas.
Cinco
vidas perdidas.
Miles
enajenadas.
Millones
sometidas.
Otras
tantas asesinadas.
Todos
brazo en alto, banderas al viento.
Fuego
interno que abraza y quema.
"Ya,
en danza horrible, murieron dando vueltas en el aire, embutidos en
sayones blancos."
José Martí
Escribió para el diario La Nación la crónica de la muerte de los 5 mártires de Chicago, asesinados por las patronales capitalistas, la justicia y el gobierno de los Estados Unidos.
Antes, las protestas por
8 horas para dormir,
8 para trabajar y
8 para vivir
se llevaron cientos de muertos.
Los trabajadores ponemos los muertos, el Capitalismo las balas.
Los trabajadores ponemos los muertos y el capitalismo se lleva el dinero de nuestras vidas.
Un mundo diferente
un sistema de vida diferente, somos la inmensa mayoría que puede gobernar
para si, para su clase, para toda la humanidad.
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