Historias de una guerra inventada Capítulo uno – Muerte
En
su caballo de batalla, luego de invadir con una tropa menguada,
tomando la primer loma, sube su cabeza.
Lo
mató una bala certera entre costillas
por el pecho, directo al corazón. Otra entró por la cara
arrancándole el tabique y pómulo y la última por el cuello
arrancándole parte importante del costado.
José
Martí un
19 de Mayo 1895, Dos Ríos, Cuba.
Llorando,
mirando el suelo. Llorando pausado y sin aire.
“...Se
soltó de mi mano, unos segundo. Sólo unos segundo. No entiendo, no
puede ser. no. A mí no me pudo haber pasado esto...”
Abdullah
Kurdy: Si se me da el mundo entero ¿de que me sirve ahora? si tengo
a mi mujer y mi hijo muerto. Aylán murió ahogado cruzando el mar
Mediterráneo.
Sólo.
Que
el fósforo te consuma la piel ardiendo al contacto con la humedad de
tu cuerpo en plena lluvia.
Pararon
el auto.
Mataron
al Profesor, al coronel, a los hijos de sus amigos.
Lo
golpearon reventándoles los testículos.
Era
muy de noche, son varios y el General está atado, le tienen miedo
mientras le siguen pegando.
Cuando
estaba en el piso, mientras se reían, aspiraban veneno y con un
arma colocada en la sien hacen que la bala pase de izquierda a
derecha.
Los
golpes que salpicaron sangre mancharon
esa noche la noche misma.
Haciendo
del cuerpo un frenesí de moribundas maniobras evasivas, tres
balazos cerca del corazón.
Había
dolor de instante y cuando la sangre no brotó más buscaron
armamento. Una ametralladora, las nuevas que los Marines aportaron
para eliminar la peste campesina en la selva de Nicaragua, trozó el
cuerpo y lo llenó de pequeños agujeros. Piel, sangre y movimientos
esotéricos, figura irreconocible y
de
su cara brotaba la humedad característica de la noche y la sangre
caliente. En
fosa común con el velo de la noche, el plan está concluso.
Augusto
César Sandino una noche del
21 de febrero de 1934, Managua, Nicaragua.
Violeta Parra murió de amor.
Se puede vivir de él, es un sentimiento revolucionario.
Darío desde La Oscuridad a Diario.
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