Velo de tortura



Cayó al suelo.
Rebotó, volvió a levantar vuelo y el piso lo contuvo.
Ha caído su velo.
Destrozó su rostro varias veces
la mano que sostenía sus mocos ahora tienen su sangre.
La mano va y viene entre el aire que la separa y el golpe que la frena.
Destrozó su rostro nuevamente.
Ha caído al suelo.
Su peso sostenido sobre el frío piso
vela una penumbra. Se puede ver.


Podemos no comer.
Morir
Desaparecer.
Acá, allá, detrás o delante de tus narices.
Somos eso, un velo de tu tortura.






El mundo pide un nuevo mundo
sin saber que es lo que quiere
o como se puede.
Pero lo pide.

Darío desde La Oscuridad a Diario.


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