Selfie

Se deberá condenar de genocidio a cada país que alienta esta masacre que se comete bajo el nombre de rescate financiero. Todo aquel que apoye esa idea deberá ser sometido a juicio popular y condenado a trabajar para solucionarlo con sus propias manos, tal y como los demás seres humanos lo hacen, para poder sobrevivir en el noventa por ciento de descarte que tiene el mundo actual. Hoy quiero flotar en las playas que quisiera conocer viajando por placer. Hoy quiero pisar las playas del mundo, besar las arenas del tiempo, beber el salado manto turquesa del mediterráneo. Pasear sumergido en hondo pesar, con el rostro tapado de vergüenza y de agua. Quiero interrumpir mi futuro, el futuro de cada uno de los que viajamos a la deriva en este planeta. Soy un satélite arrastrado al opulento norte. Al que tiene las balas, las granadas, los misiles, las ojivas nucleares. Quiero estar de su lado, en su trinchera de seguridad social, en su industria de calidad humana inimaginable por cualquier flotante que el mediterráneo englute a su nombre. Quiero tener la idea que ellos tienen de humanidad, de respeto, de ley, de vivir superando la vejez. Quiero ser del diez por ciento que vive de cada mano, dedo, pies, brazos, hígado, corazón de los restantes. Por un momento intenté flotar a mis raíces, a mis pueblos ancestrales. Por un momento olvidé el hambre que mató a mis hermanos. Por solamente días olvidé el asesinato de mi pueblo. Por sólo minutos no recordé que las grandes empresas nos envenenan a nosotros y a nuestros campos. Por sólo segundo creí no recordar que las armas del norte caen en el sur donde escapo para poder pretender no morir.
Diría que todo eso vale cuando flotando en el mediterráneo llego a Grecia y sus playas siendo una estrella que recorre las redes virtuales y la primera plana de los grandes monopolios de comunicación. Logré el éxito en una foto. El éxito que se ofrece por mercadotecnia en el norte, y que envenena el sur, si el mundo me observa ganador besando tierra prometida.
O puedo sólo ser un niño muerto de dos años flotando en aguas mediterráneas en una playa de una remota isla griega después de naufragar y ahogar dos mil personas que forman el éxodo de Siria, Libia, Marruecos y África en general que intenta cruzar de continente para no morir, muriendo. Un asesinato en masa. Una selfie a nuestro verdadero rostro.




El fracaso de la humanidad no será desaparecer como especie.
Al contrario, tiene una perfecta máquina que cumple su trabajo bajo las estrictas normas que el sistema capitalista manda, es un éxito, como lo muestra la foto.



Darío.




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