A primera vista



!Hola!... Y hacerme el sorprendido que no vi que venía. No, mejor que ella salude. No, saludo yo, para que vea que la vi venir. Si, pero puede creer la vengo siguiendo, que soy un fisgón del rubro pajero y que mi cara de sorprendido es irreal. Mejor espero que ella me salude y se acerque, no vaya a ser que no quiere ni verme ni acercarse y la estoy apurando y piense alguna mierda de mí y no quiera nunca más hablarme. Bueno, hago cara de esperando algo. Sí.

Espero, miro a varios lugares y ops! La saludo con una sonrisa. Una leve sonrisa, nada más. No una carcajada porque puede pensar que me estoy riendo de ella y si viene con un día difícil voy a terminar siendo un idiota. No quiero eso. No quiero que piense mal de mí.

Pero ¿Por qué pensaría mal de mí? Si me conoce de años y sabe muy bien que siempre estuve enamorado de ella. ¿Por qué? ¿Qué le pudieron contar que yo no sé? Imagino a sus amigas hablar de mí, la flaquita esa que la otra vez pasó y se hizo la tarada, como que no me conocía. Si, ella le dijo algo de mí, seguramente.

Se detuvo. Está haciendo tiempo, quiere que tome el bondi. Que me vaya, ya me vió, se que me vió. Por eso. Yo tengo que aclararle que no hice nada y que ella es mi amor y que la amé desde que eramos chicos, del barrio. Que si esa flaca dijo algo es falso, no me hablo con ella. ¿Qué puede decir de mí?

Entré en pánico, me tiemblan las manos. ¡Uff! Ya me veo explicando. Transpirando y tartamudeando. Que fea imagen.

Ya se acerca. Ah, toma el mismo colectivo. Bueno, mejor, así me disculpo de lo que fuese que dijo esa minita.
_ ¿Hola? ¿Cómo estás Horacio? Tanto tiempo. Pensé que estabas afuera de la ciudad, me contaron que estás trabajando y estudiando en Capital.
_ ¡Hola! - Algo sabe, algo tiene para decirme.- ¿Co-co-cómo estás vos, tu familia, tu mamá?
_ Bien, trabajando todos en la mueblería. Viste que a mi viejo de allí no lo sacas, salvo muerto.

Se acomodó el pelo y se lo ató, seguro que se queda un rato. Está mirando si viene el colectivo, no quiere hablar.

_ ¿Vas para el barrio? Yo estoy esperando que venga Javier y Antonela, quedamos en ir a tomar algo y al cine. ¿Vos?
Antonela, la flaquita. Si le digo que no tengo nada que hacer, que es cierto, seguro podré invitarme, pero estando la flaca forra no. Y Javier ¿Quien es Javier?
_ Si, voy a casa, bah, no sé. Puedo ir si, a casa. Debería. ¡Je! Estuve viajando, por trabajo. No, importa, si queres vamos.
_ ¿A dónde?
_ No, digo, si tomamos el mismo colectivo, vamos, te ayudo, subo y charlamos.- Ya fue, me enterré y debo zafar. No quiere nada conmigo y Javier seguro es el macho. Lástima- Igual tengo que estudiar, me voy.
_ Ah, lástima. ¿Vas a estar el sábado por acá?
_ Seguro, no lo sé.
_ Alĺá viene Anto ¿Te acordás de ella? Y de Javier, el flaco que vivía cerca de lo de Vivi, creo que fue novio de ella.
_ Ah, sí. De Anto me acuerdo, la he visto una o dos veces, no me saluda. No sé porqué, nunca le dije nada ni hablé mal de ella. No sé que tiene conmigo. La saludé una vez y pasó de largo. Yo creo que formo una mala imagen mía, algún puterío.
_ La flaca, no creo. No te habrá escuchado. Es re simpática, hemos hablado de vos algunas veces y siempre dijo que vos eras re lindo – Lo dice así, como siempre la recordé, un amor.-
Fue flash de amor. Me enamoré más y mejor de ella. La flaca no me importaba.

_ Ah, no sé. Javier dijiste. No lo recuerdo.
_ Saludá, la flaca está sonriente de verte.
_ ¡Hola! -Levanta los brazos como si estuviese pidiendo entrar a la cancha. No sé, muy pocas veces hablé con ella, salvo en la escuela.- Tengo que decirte algo, antes de irme.
_ ¿Te vas? Esperá, vienen los chicos.
_ Es que... no, es priv... bueno, espero. Siempre te esperé.
 
Ella se lanzó a saludar a Anto con un beso en la boca. Se besaron, creo, hasta que vino el colectivo, cargó gente y se fue, aún así seguían besándose. Anto me miró y con una sonrisa se acercó.
_ Horacio, tanto tiempo, como extraño nuestras charlas de primaria. Tengo tanto, tanto para contarte.
 
Javier, sonriente y muy bien vestido, me saluda. Yo no entiendo. No entiendo nada. Anto me hablaba de años atrás, cuando eramos amigos. De una infancia y no se qué más. Javier sonreía, medio bobo resultó. Yo asentí unas diez veces, mas o menos.
La película era en el ArtePlex, una de Bosnia. Rara imagen. No me gustó. Creo en un momento que lloré. No sé en cual de todos los besos.






Son esas tardes de cines
Darío. La Oscuridad a Diario.

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