Claroscuros silencios

Que la locura atrape tus sueños como el mandala tus locuras. Bebamos vino, juntos, al borde de la cama y, cuando se termine, unamos cuerpos corroídos por el tiempo. El tuyo y el mío. Hagamos del viento un simple soplo y que las motas de polvo vuelen, como aves, hacia el norte. No hace de mí un ser esparcido por un universo desprovisto de gracias. Hace de mí perder la simple cordura y caer enardecido de ti, tu cuerpo sobre mi boca. La boca esperando tu salida y lentamente me entrego rozando mis labios sobre tu roja carne. Déjame mojar los labios una vez más y con tu néctar besarte hasta que me digas con ojos, sin órbita alguna, que venís a mis brazos y quiero, de mí lo que vos me das. Escapemos. Sentirte tan adentro mío que cuando aplaste tus músculos mi alma quiero sentirte que arrancas al ser, no consciente, al interior, no privado. Hacerte creer que estás en todo mi cuerpo y de un simple golpe, como son los empujones al abismo, tenert...