¡Inseguridad las pelotas!

Exposición de Rocío Gracía (Grossa de aquellas) bajo el lema "Mujeres" en la UNLu (Universidad Nacional de Luján). Hoy, esta exposición, se encuentra en Pachamama Espacio Cultural, Jean Jaures 724, Campana.


No mataron solamente a Rocío. No mataron solamente a Ángeles. Mataron una vez más las esperanzas de terminar con una pandemia de muertes por ser mujeres. Una mujer muere en Argentina cada día y medio. Muere por ser niña. Muere por ser adolescente. Muere por ser madre. Muere por ser puta. Muere por ser pobre. Muere por ser rica. Muere por ser joven. Muere por ser vieja. Muere por ser linda. Muere por ser fea…Muere por ser mujer.

También tiene su tratamiento especial, ya que por ser mujer puede morir por llevar medias provocativas y es condenada, tanto social como mortalmente, a una violación, seguida de asesinato.

Antes, en el antiguo Medio Oriente, y hoy, en el siglo XXI de nuestras épocas, las mujeres provocadoras eran apedreadas. Hoy también. Eran violadas por ser provocadoras de todos los males del hombre. Hoy también. En la biblia católica esas enseñanzas quedan bien marcadas y la mujer es la culpable de esta miseria que la humanidad sufre por perder el lugar que teníamos en los planes de Dios, hombre, en el Edén. Ni hablar de las religiones anteriores.

En la hebrea, por ejemplo, culpa a la mujer y la somete por ser solamente mujer. Atrás quedaron la Diosas de la Antigua Grecia. Las Diosas del amor, del sexo libre, del aire, del fuego, de la guerra, de todo lo que es tentador y hermoso. De todas las virtudes, buenas o malas, que la humanidad tiene y tendrá y no podrá sacarse porque es eso “ser humano”.

Nuestra sociedad mata 260 mujeres por año. Tiene métodos que van desde martillar la cabeza en plena calle, y a la vista de cámaras y transeúntes, hasta que un charco de sangre nos libere del mal o prenderlas fuego rociándolas con cualquier combustible altamente volátil, para verlas sufrir luego con el 80% del cuerpo quemado, durante dos o tres semanas y morir. A sabiendas de que morir quemado es morir con un dolor consciente que te acompaña desde el fuego hasta el colapso de los órganos por el dolor (Es peor que la tortura, es una forma de tortura).

Estos tipos de muertes a mujeres no distinguen clases sociales y pasan desde el todo poderoso magnate, en su country, matando de cinco balazos a su mujer y ocultando pistas y ayudado por sus adeptos, como así un simple trabajador que trae la violencia a su casa, siempre (Porque no es un enfermo, es un violento. Y no se hace violento porque uno lo provoca, es violento siempre. Como no es una enfermedad tampoco hay una cura, seguirá siendo violento hasta que se reprima y resuelva su pasado, o no) y provoque a golpes la muerte de su compañera, enfrente de sus hijos, que también son víctimas de la misma violencia, por más que nunca los haya tocado.

Las violaciones seguidas de muerte son increíblemente atroces. Despierta a la sociedad y la sacude de su letargo. Porque es aberrante violar y luego matar, como si nada, ya que muchas veces aceptamos en el juego que un “sí” es un sí, quiero y que un “quizás” es un sí quiero y un “no” es un sí oculto en una negación absurda.

El salvajismo del trato vejante hacia la mujer es la cuota de machismo violento que la sociedad mama desde varios puntos. Es violento ver televisión y su trato a las mujeres. Es violento ver más violencia hacia la mujer de parte de un vecino y callarnos ante el hecho, tomarlo con una simple pelea.

Es violento ver cómo silban y se babosean de pibas, bajo la excusa de que si se visten tal o de cual forma nos da todo el derecho que tocarles el culo, gritarles groserías e intentar coger, porque si están así vestidas cogen y no importa la edad.

Es muy común pensar que cuando una mujer es amable nos quiere levantar. Es muy violento pensar que la mujer sólo debe ser mamá, limpiar el baño con CIFF, enseñarle a la hija a sacar manchas con TRENET, pasearse con la panza e histeriquear como loca boba hormonada por teléfono mientras HUGGI’S te enseña en simples consejos vía Internet qué hacer.

Es violenta la sociedad que consume violencia y la comparte a sus hijos. Es mejor y más fácil enseñarles a las hijas a evitar ser violadas que enseñarles a nuestros hijos que violar está mal, que ser supermacho no es pegar, ni violar, ni quemar, ni matar a una mujer.

Que vos, hija, no sos la mujer de alguien, sólo sos el amor de tu vida y de ella sólo te ocupás vos. Que te podés vestir como quieras o andar desvestida como te plazca, eso no da ni autoriza a nadie a tocarte, violarte, quemarte o matarte. Como a vos hijo no te da derecho a nada de lo anterior.

Rocío, una hermosa chica de 22 años, murió bajo esa humillación que los hombres solemos hacer. Por ser mujer se habló pestes y que trabajaba de prostituta, como si la prostitución fuese incentivo necesario para matarla con un tiro en la cabeza y tratar de borrarla con fuego.

Se dijo que era “rápida”, como si eso fuera motivo para asesinar a cualquiera, en especial a una mujer. Porque el hombre que coge mucho es un “capo” y la mujer que coge mucho es “puta”. Que esto y que lo otro, en cada dicho, nos demuestra lo lejos que nuestra sociedad está de sacarnos el machismo de nuestras entrañas.

Queremos justicia. Justicia que debió llegar hace muchos años a varias mujeres que a lo largo de nuestras vidas fueron golpeadas, asesinadas, quemadas, ultrajadas, violadas, desaparecidas, torturadas. Queremos justicia por Rocío, que sufrió lo mismo que Canteros y que aún se esperan repuestas, como así también miles de mujeres.

No es inseguridad, es la mierda por la cual nuestra sociedad debería hacerse cargo, porque nosotros somos los responsables de nuestros hijos, los mismos que matan, violan, balean y queman mujeres.

Seamos machos, saquémonos el machismo.




El artículo fue publicado en Zárate para Enlace Crítico, un periódico digital, porque la ciudad tiene una larga lista de muertes, ya sean por estar inseguros en sus calles y porque el Estado está seguro que hizo lo que hizo para llegar a tener miedo de salir de noche, pero la maldición de ser mujer supera eso. Rocío de 22 años fue violada por niños, asesinada por asesinos y quemada por cínicos y apareció tirada en una barranca como si fuese la peor de las basuras.

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