Gallito
En
plena tarde de jueves yo cerré los ojos y te vi entrando conmigo
luego que una ola de gente te trajo cruzando la avenida. En una ola
de gente te fuiste. Yo cerré los ojos una vez y otras tantas. Así,
te quise ver y te perdí. No supe nadar ni abrir los ojos.
Voy
a jugar a que corro con los ojos cerrados y cruzo una autopista
cargada de vehículos con ritmo furioso hacia sus hogares. Saltaré
sobre los carriles y bailaré al calor del asfalto que soporta el
paso raudo de los que no quieren pisar la tierra. Cuando llegue al
otro extremo, luego de bailar en giros, volveré sobre mis pasos
lentamente cantando la canción que te recuerda.
Fumaré
en al cama tu cigarrillo y no lo compartiré.
Tomaré
el agua de la mesa de luz y no la compartiré.
Seguiré
con los ojos cerrados mientras pienso en ti e intento llegar a tus
brazos imaginarios del lugar en dónde partí.
La
autopista no me vio.
Los
autos ni se inmutaron de mí. Las personas no disfrutaron mi pasar
bailando ojos cerrados ni escucharon mi canto de ti.
Antes
de todo esto jugué al suicida y gané.
Le podría colores a las líneas que dividen los carriles de las autopistas.
También al mundo.
Si apretás mucho los ojos se ven manchas de caleidoscopio.
Desde una mancha, Darío de La Oscuridad a Diario.
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