Puntos y fugas




El dedo sólo es un observador.
Intenté dibuja tu cuerpo.
El dedo sólo es un baqueano de tierra erógena, esos que en las guerras saben de rutas y atajos.
Pinté con saliva una idea.
La dibujé con líneas y trazas.
Presentí que mi lienzo de piel sucumbía.
Tus labios, mordidos, intentaba ser críticos de arte.
¡Será posible!
Quise dibujar, pero el punto de fuga me sedujo, me voy saltando el alambrado.

Mi mano sobre tu vientre, me llevo los lápices.
De rodillas para el perdón, la pared es infinita.






"...Tu manos dibujando en el aire..."


Desde afuera del alambrado, Darío. La Oscuridad a Diario.

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