Memoria


Provoco memoria
y lloro.
Por vos, por mi, por todos.
Aún, mi cabeza estalla
escucho metrallas
y no entiendo más nada.

Aún, provoco memoria
pierdo victorias y lloro.
Por vos, por mi y por todos.
Aún, siento esa noche
escucho metrallas
y no entiendo más nada.


Por maldito comunista cayó al costado del auto y no lloró, a pesar del dolor, a pesar del olor a pólvora y del olor a combustible del Falcón verde que paró para matarlo y borrarlo de las fuerzas del orden. Porque un comunista no es militar, un militar es otra cosa y el que no es así se lo mata por comunista y se le grita avisándole que lo es y se le disparan varias ráfagas a la vez.
Por comunista murió, el vecino ese que nunca supe que vivió. Según los testigos fue por algo. Según mis ojos fue por fuego del caño del arma del hombre vestido de militar.
Mis seis años y el ruido del balazo, el muerto, la calle, mis viejos, los vecinos y la nada cuando todos se escondieron.


Nunca vieron nada.
Nunca viste nada.
Nunca pasó nada.
Nunca vimos nada.
Nunca nada más pasó.


A pesar del tiro en la cabeza a mi primo.
A pesar que el gendarme aún camina como si nada.
A pesar que los chicos del barrio desaparecieron.
A pesar que en las Malvinas otros murieron
A pesar que registraron nuestras casas.
A pesar que se llevaron a mis tíos y los devolvieron.
A pesar que los compañeros de mi viejo desaparecieron.
A pesar que a un amigo lo torturaron hasta el hartazgo.
A pesar que nada de esto pasó.
Algo me dice que me mintieron.
Algo me dice que algo más pasó.



La falta de memoria y la indiferencia secan, matan y torturan a los pueblo.
Una dictadura militar costó en números miles de muertos, torturados, desaparecidos y mutilados sociales.
Una dictadura militar mató un país entero y condenó su futuro al hambre y la miseria.
Esa dictadura militar aún tiene nombre y apellido.
JUSTICIA
Y NUNCA MÁS!


En América Latina las dictaduras militares desaparecieron varias generaciones.
Olvidar es darle la mano al verdugo.
Olvidar es no ver que este futuro tiene una carga importante de pasado que aún no cerró.
JUICIO Y CASTIGO A LOS GENOCIDAS DE AYER, HOY Y SIEMPRE.

24 de marzo de 1976-2010




Tenías razón "Colo" que los bichos verdes se chupaban gente. Corrimos hacia las palmeras de la Plaza Mitre y nos escondimos en la maleza mientras bajaban del camión los soldados y me puse a llorar, por el miedo que tenía de ser un "desaparecido". Al Colo no lo vi más, me fui de la escuela en tercer grado.
Yo solo tenía 7 años.
Darío Martin

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